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Vitto ya tiene su silla postural

Un tímido mensaje de la mamá, Cecilia Pinasco, en las redes generó una reacción solidaria en cadena en todo el país. El pequeño, que sufre una enfermedad degenerativa, ya tiene el elemento ortopédico, cedido por una familia de Bunge.

Un mensaje escueto y hasta escrito con timidez en las redes sociales que resumía el pedido de la mamá del pequeño Vitto Moncalvillo, de Laboulaye, solicitando una silla postural recorrió en pocas horas el mundo virtual y una gran red solidaria se extendió a lo largo de todo el país. Permitió que en menos de 24 horas apareciera el elemento ortopédico y, además, otros tantos gestos de personas ofreciendo hasta dinero para ayudar a la familia.

El pequeño, que hoy tiene un año y 8 meses,  sufre de gangliosidosis GM1 tipo 1, una enfermedad degenerativa que, hasta el momento, no tiene cura ni tratamiento en el mundo. Su historia fue reflejada por Puntal en junio del año pasado. En esa primera nota, Cecilia Pinasco, la mamá, relataba la lucha que llevan adelante para mejorar la calidad de vida de su hijo. 

En los últimos días, Cecilia decidió acudir a las redes sociales para pedir una silla postural, pues el alto costo del elemento ortopédico hacía imposible costearlo con recursos propios y su mutual, aunque tuvo siempre la voluntad de otorgarla, por ser local, cuenta de recursos limitados.

En menos de 24 horas,  los papás de Vitto recibieron cientos de mensajes de personas de todo el país ofreciendo hasta dinero. Pero la silla adecuada apareció a unos 150 kilómetros. Una familia de Bunge que tiene una niña también con problemas decidió donar el elemento, que ya no usaba. 

A Cecilia no le alcanzan las palabras para agradecer tanta solidaridad. Y aún no sale del asombro de la respuesta recibida.

“La sillita me la habían pedido en junio del año pasado. Presentamos la documentación a la mutual, pero ahí nomás Vitto cayó internado por una neumonía. Recién volvimos en agosto a Laboulaye y tras el alta domiciliaria nos pidieron un montón de aparatos para que Vitto duerma y demás, lo que generó un gasto terrible. La mutual nos dio todo en dos días; realmente se portaron muy bien, aun siendo una obra social chica del pueblo (Laboumed)”.

Cientos de gestos solidarios

Así, el pedido de la silla quedó relegado a segundo plano. Mientras, Vitto debió reiniciar todo el proceso de rehabilitación, ya que había perdido hasta la capacidad de deglución por boca. 

Luego de su recuperación, llegó el momento de encontrar la silla adecuada para la comodidad del pequeño. “Al principio me daba vergüenza pedir, pero estoy en grupos de padres con situaciones similares y veo que la gente responde. Me animé y escribí. Realmente la respuesta fue inmediata. No sabés la cantidad de sillas que aparecieron en Laboulaye, en Buenos Aires, de organizaciones, de todos lados. En menos de 24 horas me escribió Juli, la mamá de Barbi, diciéndome que la tenía”, detalló.

La familia donante hasta ofreció el asesoramiento de un fisioterapeuta para ajustar la silla y el pasado viernes Vitto y sus papás viajaron a buscarla. 

Aunque al pequeño le queda mucho camino por recorrer, nuevas intervenciones y estudios, la lucha sigue, pero ahora sabiendo del acompañamiento de una gran red solidaria integrada por habitantes de todo el país.

Fuente y foto: Diario Puntal.

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